Hemos estado unidos en el Amor desde siempre. Te amo y me amo. El círculo se ha cerrado. Nos envuelve el Amor Infinito. Ahora todo emana un aura sagrada. De repente nuestras andanzas por las tinieblas son lo que son: un paso hacia adelante para que surja nuestro rencuentro en la Luz Eterna; una luz que se desprende como una chispa cósmica de la fascinante y eterna dualidad hombre-mujer.
Mientras estemos aquí abajo
tenemos el deber de esparcir esta esperanza a los demás, de encender la llama
de la fe y de la confianza en los que se están perdiendo en este laberinto de
confusión y oscuridad, con el amor de las manos, la mirada, la música, la
palabra, el gesto, la pequeña gran acción.
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