Fue una noche de luna llena en la que compartimos un espacio sagrado y experiencias contadas desde nuestro corazón y útero, moviendo energías con canto y meditación, liberando emociones fuertes y sútiles, sintiendo el vaivén de soltar y enraizar. Fue una noche acompañada por la luna llena en que nos dimos cuenta de nuestros bloqueos, nuestras dudas, nuestras esperanzas, nuestra fe en la vida. Y también de nuestra unión dentro de la unicidad. Fue una noche guiada por la luna llena en que nos envolvió la gratitud de ser como somos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario